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viernes, 19 de junio de 2009

Recuerdos


Me encuentro recostado e inmóvil, con la mirada perdida en el techo. El aire frió se filtra por la ventana y al ver a través de ella, apenas logro ver algunas estrellas.

-¿Lo recordaras? -me pregunto.
Y no me refiero a si lo has olvidado, sino más bien a... si como yo ahora, esos momentos vuelven a tu mente.

Estabas en el techo, hacia frió... como hoy o quizá un poco más. Subí a fumar un cigarro -todavía me gustaban los Romeo y Julieta-, cruce la puerta y te vi recargada sobre la barda, en cuanto me escuchaste caminar volteaste- Había cierta expresión de espanto y sorpresa en tu rostro, que pronto me vio con la habitual indiferencia.

-Hola -te dije-.

Y tu solo alzaste una ceja como respuesta, me pare al otro extremo de la azotea y encendí mi cigarro, tú seguías viendo la ciudad convulsionar y yo falto de algo que hacer me quede viendo a la gente pasar por la calle.

Sonó tu teléfono y apenas contestaste, empezaste a gritar y manotear. Después de colgar lo aventaste y cayó cerca de mi. Lo levante, camine hasta ti; te pregunte si estabas bien y extendí mi mano para entregar el teléfono.

-Si, estoy bien -respondiste molesta, al mismo tiempo que me arrebatabas el aparato de las manos-.

Te diste vuelta y caminaste detrás de los tinacos, para que nadie te viera llorar, supongo, si es que las lágrimas que había en tus ojos la escena anterior no paraban de brotar.

Regrese a donde estaba y encendí otro cigarro, saque del bolsillo mi reproductor y comencé a escuchar mi música, paso un rato y mientras movía la cabeza al ritmo de los Stone Roses te vi bajar las escaleras. Yo todavía me quede arriba unos momentos más.

Pronto el frío se hizo insoportable, así que baje a mi departamento por una chamarra, y aproveche para ir a la tienda, compre unas Budweiser y algo para ti, todavía no se porque. De regreso subí a tu apartamento y toque la puerta, pero nunca contestaste, pensé en dejarla atorada en la chapa, pero al ver que no podía abandone la tarea y subí de nuevo al techo.

Puse mis compras sobre el suelo y mi cajetilla sobre el pretil. La bolsa crujió mientras sacaba una botella, quite la tapa con las llaves y di un trago, fue ahí cuando te paraste cerca de mi, yo tomado por sorpresa me talle con la manga la cara, pues había derramado un poco de liquido y este escurrió por mi barbilla.

-Hola, te traje algo -te dije al tiempo que sacaba del bolsillo de la chamarra la Paleta Payaso que te había comprado-.

Por primera vez te vi sonreír y amablemente dijiste gracias, te ofrecí una cerveza y con un "si me vendría bien" la aceptaste.

-Hola, soy (digamos...) el 21 -dijo ella-.

-Mucho gusto, el 15 -respondí-.

-¿Eres de nuevo ingreso verdad?

-Si... por qué ¿Se nota mucho?

-No, pero cuando te mudaste, estaban tus papas y le preguntaban muchas cosas al conserje, y cosas así... bueno tampoco te ves tan grande.

-Ya tu muy vieja ¿no?

-Pues más que tu, seguro si.

-¿Qué estudias?

-Medicina. ¿Tu?

-Acabo de entrar a XXXXXXX -conteste-.

-Disculpa, pero ¿qué tenías hace rato? -le pregunte-.

-Mi novio, ya tenemos muchos problemas.

-¿Por qué no lo dejas?

-No lo se -dijiste y no volvimos más al tema.

Paso una hora quizá dos, probablemente fueron más, hablamos de muchas cosas y todavía no entendíamos como es que nos llevábamos mal, sin darnos cuenta caímos en el cliché.

Comenzaste a bostezar, te dije que si querías irte a dormir, por mi no había problema.

Nos habíamos olvidado del frío, las 6 botellas de cerveza yacían tiradas en el piso, nuestras cajetillas de cigarros arrugadas y vacías a nuestro lados, yo mis Romeo y Julieta, tú tus Benson & Hedges.

Ya era la una de la mañana y ambos nos fuimos a dormir, estábamos parados frente a la puerta de tu departamento, al despedirnos nuestros labios quizá con toda la culpa, se rozaron levemente, y pronto comenzamos a besarnos, mientras nos saboreábamos con gusto el único ruido que se oía era el de nuestras respiraciones exaltadas.

-¡No! no esta bien -dijiste, mientras me hacías a un lado-.

Yo sin saber que decirte, solo respondí "esta bien, hasta mañana" y baje las escaleras, mientras tú cerrabas la puerta.

Al entrar a mi departamento, me recosté sobre el sillón, fue en ese momento cuando reaccione a lo que había pasado, no podía evitar sonreír mientras me sentía extremadamente... ¿bien?, emocionado quizá, orgulloso tal vez -todavía me es difícil darle un adjetivo-, sinceramente nunca me había pasado algo así hasta entonces.

Toc toc toc -grito la puerta-.

-¿Será ella?

Al abrir ahí estabas, parada viendo hacia el suelo, alzaste apenas la mirada, y mientras a mi no me cabía la sonrisa en la cara dijiste.

-¿Oye tu te quedaste con mi encendedor?-.

En ese momento mi alegría se vino abajo, creí que habías ido a terminar lo que dos pisos arriba habíamos comenzado, con un dejo de tristeza y cierta confusión te dije que no.

-Bueno. Debí dejarlo arriba -dijiste y rápido te despediste-.

Cerré la puerta y me senté en el piso recargado en ella.

Comencé a analizar la situación y pronto miles de recuerdos, ideas y fotogramas bombardearon mi cerebro.

-¡No tenía encendedor! -dije mientras daba un salto para incorporarme-.

Abrí rápido la puerta y subí las escaleras. Estabas todavía en el decanso entre mi piso y el siguiente, dabas de vueltas haciendo coraje mientras te golpeabas la cabeza molesta.

-¿21?

Volteaste y pronto estábamos parados frente a frente, no dijimos más...

De nuevo comenzamos a besarnos y ahí mismo en la escalera, comenzaste a quitarme la ropa, mientras yo no sabia realmente como iba a terminar.

Ya estaba semi desnudo cuando comenzaste a quitarte la ropa, debo de aceptar que tenia miedo, pues alguien podía subir/bajar y vernos, te exprese mi inquietud y tu con un tono perverso dijiste -así es más divertido- mientras literalmente casi me arrancas el cinturón del pantalón.

Fue ahí cuando me diste miedo, pero en mi propia perversión decidí seguir tu juego. Tus besos se convirtieron pronto en mordidas dolorosas y pasaste de las caricias a rasguños.

Entonces decidiste que bajáramos a mi departamento, abrí la puerta y pasamos a prisa, continuamos sobre el sillón que era lo que teníamos más cerca, terminamos de quitarnos la ropa y pasamos a mi recámara, hicimos a un lado todo lo que había sobre la cama.

Seguimos dando gusto a nuestros pecados mientras los ocultábamos debajo de las sabanas. Pronto la pregunta.

-¿Tienes condones? -dijo ella, deteniendo el momento-.

Yo no habiendo previsto la situación, le respondí -No-.

-Bueno... yo estoy tomando pastillas-.

Seguimos con lo nuestro, aunque debo confesar que de cualquier forma no hubiera sabido usarlos, era mi primera vez... y no por falta de oportunidad, sino porqué... realmente no lo se, me daba miedo en cierta forma -por más extraño que se escuche- o quizá ellas no habían sido tan persuasivas como tu.

Con las luces apagadas empezamos nuestro acto, mientras tenía miedo de que te dieras cuento que era nuevo en la experiencia, cada movimiento tuyo era cada vez más interesante, pasaron dos horas y me mostraste que medio refrigerador junto con un poco de lo que hay en la alacena podían hacer las cosas más interesantes, cuando finalmente acabaste conmigo te recostaste a mi lado.

Tu lado cursi se apodero de ti supongo, y me pediste que te abrazara, se me hizo un poco extraño el cambio de actitud, pero no me negué. Ya había pasado media hora -lo se por que el despertador estaba de mi lado- y apenas estaba recobrando el aliento. Sin duda la mejor experiencia sexual que he tenido, pero seguramente la disfrutaste más tú que yo.

Te paraste y comenzaste a vestirte, una vez que terminaste volteaste a verme.

-te veo mañana, debo pararme temprano- dijiste con tu acento chileno.

Por la tarde cuando regrese de la facultad, tú estabas saliendo y detrás de ti un tipo al que tomabas de la mano.

-¡Hola 15! Te presento a mi novio-.

-Hola -respondí-.

Eso fue todo.

Y nunca más volviste a hablarme.

2 comentarios:

Unknown dijo...

wow!!!!! una vez mas m encanto!!!!
mas q un cuento, t podria decir q es un esho real, q muchas vcs es lo q pasa y q sin kerer, repetimos la misma historia, ahahhah empiexo a filosofar, una vez mas demuestras lo bueno q eres en esto felicidades!!

Hija de la Luna dijo...

HOLA VECINO!!
TENIA MUCHO QUE NO ME PARABA POR AQUI, ME GUSTÓ MUCHO ESTE CUENTO JAJA... EN VERDAD ME ATRAPA MUCHO LA SECUENCIA, ESTA VEZ FUISTE DE LO SIMPLE HACIA LO... ¿EROTICO? Y FINALMENTE CON ESE FINAL ACIDO QUE TE CARACTERIZA Y QUE CREO ES LA CEREZA DEL PASTEL JEJE... MUY BUEN TRABAJO...