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martes, 30 de diciembre de 2008

El naúfrago



*****

I


Ya han pasado muchos días desde la tormenta, tras semanas a la deriva no sabe donde se encuentra; mientras, sigue aferrándose a aquella tabla de lo que alguna vez fue su barco, con la piel enrojecida, lacerada por el sol y el mar, se encuentra débil por el hambre y enfermo por el agua marina que se ve obligado a beber. En medio del océano, no ha podido dormir, teme soltar ese pequeño trozo de madera que lo hace sentir seguro, sus piernas acalambradas ansían tierra firme, entre la soledad y el hambre, quizá no falte mucho para que pierda la cordura.

Tres días más, ya es medio día -piensa, mientras el sol ciega sus ojos- entre las inmensas olas, nota algo extraño, una pequeña mancha en el horizonte que con cada vaivén se esfuma. Adolorido y agotado intenta mover sus piernas, que, con atrofia comienzan a responder.

Sigue moviéndose han pasado horas o quizá minutos tras tantos días en ese monocromatico infierno, no le interesa. Ahora ve que es una isla; roja, desolada, la nada en la nada, pero no le importa solo desea salir del agua, sentir la arena escurrir entre sus dedos, experimentar el difícil andar entre la arena y apoyar la cabeza en una dura piedra mientras ve sus pies. Mientras se acerca, nota las extrañas figuras que se desplazan por la playa, pronto ellas gritan y corren al notarlo mientras él es revolcado por las intempestivas olas.

Una ola lo cubre y mientras se encuentra sumegido, el agua se tiñe de un ligero color rojo y el azul se convierte en negro. Mientras vuelve en si, comienza a sentir la arena en sus pies mientras es arrastrado por la playa y alza su adolorida cabeza desconcertado coloca su atención en aquel grupo de personas que tiene enfrete con cara de consternación y asombro. Una vez en el suelo observa al hombre que salio de entre el grupo - probablemente el líder- cuando este se arrodilla a su costado, le toca la cabeza y lo mira con detenimiento, el grupo permanece en silencio que pronto se rompe cuando aquel personaje comienza a pronunciar palabras en un lenguaje extraño -comienza a recordar aquellos dos meses que paso en Marsella, cuando ávido de aventura, se enrolo en aquel bergantín portugués tan solo tenia 23 años y ya hacia muchos años desde entonces- pronto aquellas vociferaciones se le hicieron familiares, esforzándose por recordar comenzó a comprender el francés de aquel hombre y tras oír unas pocas palabras volvióse a desmayar. 


*****

II


Ya habían pasado 5 meses, 3 semanas y 3 días desde que aquel incendio en la cocina, hizo zozobrar al  L'Aquilon,  fue una pesadilla, el infierno sobre el mar, muchos no lograron salir siquiera a la cubierta, otros fueron arrastrados al abismo enredados entre los cabos y aparejos, los mas débiles con el paso de los días no pudieron mantenerse a flote y como el olvidar aquella masacre cuando en la noche fueron atacados por los tiburones; los gritos, la sangre, el llanto, el sonido del salpicar del agua mientras aquellos monstruos desgarraban la carne, simplemente el horror, así pasaron dos semanas en el mar hasta que avistaron tierra durante el amanecer, aun así no todos lograron llegar a pisar aquella isla, las furiosas olas los estrellaron contra las duras piedras o los tragaban en una explosión de ira en la que desaparecían, ya sin fuerzas para luchar,eran escupidos con desprecio ya sin vida, tres se habían lastimado seriamente al chocar contra las rocas, una señora murió ese mismo día, otro joven nunca volvió en si y una semana después dejo de respirar y un pobre anciano se había fracturado una pierna, quizá fue el mas lamentable, pues contrajo una infección y su muerte fue lenta y dolorosa.

A los que llegaron a la playa no les fue mejor, un pequeño puño de arena y roca en medio del océano, sin un solo árbol bajo el cual descansar a su sombra, sin un árbol con cuya madera poder despejar la densa obscuridad y el frió. pero al menos ya no estaban en el agua, algunos quedaron traumados tras el ataque y permanecían alejados de la orilla. Pronto el hambre empezó a cobrar sus victimas ya hacia dos meses que no habían provado alimento, sus cuerpos habían comenzado a consumirse para sobrevivir, pronto aquellas voluminosas carnes disminuyeron su tamaño y con ello la vitalidad del grupo.

Pero el mar no les había causado suficiente sufrimiento, un noche una tormenta se alzo en elocéano se refugiaron entre las rocas de la pequeña montana, pero la furia del mar casi devora la isla, las olas arrancaban a las personas de las rocas a las que se sujetaban y se perdían en la oscuridad.

Días mas tarde aparecieron restos sobre la playa, secaron la madera y finalmente esos quince infelices pudieron iluminar la noche, también encontraron un pequeño barril con un poco de alimento, tomaron todo y lo colocaron sobre las piedras, finalmente caía algo mas grande que un bocado a sus estómagos desde hace dos meses además de aquel pequeño pez que con dificultad lograron y debieron repartir entre todos.



*****


III


Un día apareció entre las olas un naúfrago, el pequeño grupo espero por él pero una ola casi lo mata, una vez en la playa después de que dos hombres lo rescataran mal herido del mar, uno más se acerco a revisarlo, mientras los otros once se mantenían al margen de la situación solo observando, -se golpeo la cabeza, el pobre esta tan debil que ni siquiera sangra, debe llevar meses en el mar- mencionó uno de los que lo rescataron. Pronto una mujer rompío a llorar y abrazo fuertemente a su esposo que también lloraba. Mientras el naúfrago trataba de volver en si los hombres hablaban entre si y lo veían con lastima, otros simplemente se dieron la vuelta, no querían saber de él, mientras permanece hincado a su lado Jean se dirige a Oliver -¿Viste como comezó a llorar la esposa de Jules? - si la pobre casi se vuelve loca cuando fue elegido- respondió Oliver.
- ¿Crees que Dios nos perdone algún día lo que hemos hecho?- no lo se y no me interesa, solo me importa que Fernand nos perdono- contesto Oliver; si tienes razón Dios olvido este lugar hace mucho tiempo- dijo Jean.
Además prefiero comer a un extraño que a otro de nosotros-agrego Oliver


*****


jueves, 25 de diciembre de 2008

Y los regalos?





Yo al igual que muchos desperte hoy esperando encontrar alguna sorpresa bajo el arbol, si bien no me gusta navidad por el consumismo y la mercadotecnia barata de la temporada, no soy de piedra para no caer en el encanto de los regalos, asi que esta es la lista de los regalos que no recibi esta navidad.

Algun libro, "Noches Blancas" de Dostoievski, por ejemplo.

Cualquier disco de Jean Jaques Milteau.

Dos boletos para ver "El lago de los cisnes"

Y mi boleto para ir a Alemania en enero.



PD. La temporada de Ugly Betty no hubiera estado de mas






martes, 23 de diciembre de 2008

Y para alegrar mi dia...

Me declaro perdidamente enamorado de:















Christina Ricci
(como olvidarla en Anything Else)














Alice Taglione
(mi favorita)




























Paula Creamer
(nunca olvidare cuando me sonrio en morelia)












Nicole Kidman
(chulada de mujer)

















Catherine Zeta Jones
(siempre con ese look fresco)











Halle Berry
(a quien no le gusta Halle Berry?)

lunes, 22 de diciembre de 2008

Interiors


A Andrea









 

lunes, 15 de diciembre de 2008

DUDE, where's my secret service?






La instantanea del momento

Asi que le arrojo uno primero...y el otro después!

Si, quizá este periodista los agarro desprevenidos con el primer zapato que voló, pero que todavía se de el lujo de agacharse por el otro y volver a intentar agredir al presidente es un exceso.



Update: Jajaja lo que uno encuentra en internet: http://www.minijuegos.com/juegos/jugar.php?id=7456




domingo, 14 de diciembre de 2008

De baseball y otros mundos



En un remoto lugar, un astrónomo observa el infinito, como lo ha hecho todas las noches desde hace varios años, pero pocas horas antes del amanecer mientras observa el monitor, nota algo extraño, tras varios minutos se da cuenta que de la obscuridad del espacio aparece un asteroide y tras analizarlo se da cuenta que esta en ruta de colisión con la tierra, rápidamente informa a la agencia espacial y estos corroboran el hecho.

La noticia corre por el mundo entero, el caos se apodera del planeta, no quedaba mucho por hacer solo faltaba poco mas de un mes para que acabara todo, los países mas poderosos hicieron todo los posible, lanzaron misiles con el propósito de cambiar la trayectoria, incluso enviaron una misión como pasa en las películas, pero nada pudieron hacer.  Mientras las iglesias se colmaban de personas, otros se dedicaban al exceso, otros mas hacían refugios con la intención de salvarse, había caos en las calles, las palabras ley y orden habían sido borradas del lenguaje.

Pocos días antes de la colisión cuando ya era visible el asteroide, todo se calmo; las calles estaban desiertas, todos tenian miedo de observar el cielo, el planeta entero se unía en una oración por su salvación, mientras todos los dioses eran colmados por la misma petición, muy pronto ya no existió la noche, y el brillo mortal de la masa asesina reino sobre el mundo. Millones, cansados en medio de la histeria no esperaron y acabaron con su angustia, el llanto y la desesperación cubrío la tierra, tras un fulgor y un estruendo todo acabo; el silencio reino la tierra...

En ese mismo instante una pelota de baseball había sido atrapada en un guante. 

sábado, 13 de diciembre de 2008

La cita




Mientras  sale corriendo del baño con la toalla alrededor de la cintura,
se fija de no tropezarse con el universo paralelo que existe sobre la alfombra, y al abrir el closet no tiene idea que ponerse, su vida amorosa ha sido un desastre, si tan solo hubieran conocido a la chica con la que salio hace dos meses, quizá una morsa parecería mas un persona que ella, y no es que Marco fuera superficial, pero un mono tenia mas encanto que esa chica.

Pero regresando a su cuarto; observa su ropa con extrañeza, no encuentra nada apropiado para la ocasión, y por fin se decide: toma su camisa preferida del armario y al verse en el espejo... se da cuenta que esta sucia.-la salsa de los tacos que comió hace una semana, sigue impunemente sobre la única ropa que no hace que luzca como un chimpance con escorbuto- pero milagrosamente encuentra una alternativa para la ocasión.

Acordaron verse fuera del subterráneo en el centro de la ciudad, Marco no tenia mucho dinero, así que le dijo a Diana si gustaba ir por un café a un lugar cercano. Él al notar la cara de decepción -cosa que realmente sintió, creyó que por ser la primera cita Marco se iba a lucir- soltó una excusa para no verse mal ante su posible conquista -"me asaltaron hace dos días y se llevaron mi cartera, intente detenerlos con mis conocimientos de Kung-fu aprendí con los monjes Shaoling, pero no pude hacer nada" - dijo Marco, ella lo miro con extrañeza, definitivamente no le creyo, pero ella esbozo una sonrisa. Punto a favor, pensó Marco.

Una vez en el café, marco coloco con discreción un libro que llevaba en la mano con el fin de parecer intelectual y volverse más interesante- antes de salir de su casa todavía no decidía si llevar "Los 10 factores que se deben considerar para invertir en la bolsa" o "Aventuras extremas en sus próximas vacaciones", se decidió por el primero considero que parecer un hombre con intereses en la bolsa lo haría mas atractivo, solo que sin darse cuenta tomo otro que un amigo marinero había dejado en su casa tras su ultima visita- así que mientras Diana giraba el cuello para así poder leer el titulo del libro, Marco se dio cuenta del error y por suerte logro leer "Los 10 consejos para acabar con el herpes en 7 días" antes que ella siquiera pudiera empezar y rápidamente lo coloco bajo la mesa.

Platicaron de sus intereses en común y planes personales, ambos se agradaron aunque Marco pensaba que Diana era pretenciosa y ella que el era un psicotico, aunque bastante agradable, durante el resto de la velada se dieron cuenta que eran quiza el uno para el otro. Todo paso sin complicaciones... omitiendo que Marco por accidente hizo tropezar a un mesero vertiendo 2 macchiatos en la cabeza desprovista de cabello de un pobre viejito que ahí estaba, si bien Marco, Diana, el mesero y todos los que ahi se encontraban se salvaron de ser acribillados por el club de la tercera edad de la Asociación Pro-Armas de la Ciudad, una diferencia en la concepcion del color rojo en los vitrales de una pequeña iglesia del siglo XIV en el sur de la ciudad hicieron que Diana considerara que no era el indicado para ella.Así Marco de nuevo derrotado, regreso a su departamento y cuando se recosto sobre la cama desperto.

jueves, 4 de septiembre de 2008

I'll see you in my dreams.

Te materializas mientras duermo, es un juego de mi mente, donde todo sigue igual...te observo, nos peleamos, nos reímos; mas regreso a la realidad y a pesar del tiempo sigue siendo doloroso. Cuando son más lucidos llego a darme de la broma de Morfeo, y trato de disfrutarlos, solo así nos encontramos... e incluso no hace mucho celebramos tu cumpleaños, a pesar que ya no hablamos. Mientras al hablar de ti, todavía dibujo una sonrisa, y que daría todo solo por un abrazo, esos que hacían que el mundo desapareciera, pero solo en mis sueños encuentro esa salida que me hace seguir adelante, mientras los días son largos y el atardecer se anuncia con una canción, se que al caer el sol toda esa felicidad volverá, aunque sea solo por una noche; mientras solo ansió cerrar los ojos y descansar,y que esa estrella aun en mi cabecera, ilumine mi noche desde entonces solitaria...para así en mis sueños estar contigo otra vez.

lunes, 28 de julio de 2008

El conde

En algun lugar de Transilvania yace Dracula, el mounstro,
durmiendo en su ataud y aguardando a que caiga la noche.
Como el contacto con los rayos solares, le causaria la muerte
con toda seguridad, permanece en la oscuridad en su caja
forrada de raso que lleva sus iniciales inscritas en plata.
Luego, llega el momento de la oscuridad, y movido por
instinto milagroso, el demonio emerge de la seguridad
de su escondite y asumiendo las espantosas formas de un
murcielago o un lobo recorre los alrededores y bebe la
sangre de sus victimas.
Por ultimo antes de que los rayos solares de su gran
enemigo el sol anuncien el nuevo dia, se apresura a
regresar a la seguridad de su ataud protector y
duerme, mientras espera que todo vuelva a comenzar...

sábado, 12 de julio de 2008

L'amour est un oiseau rebelle

El amor; palabra facil de decir, dififil de sentir, complejo de explicar, imposible de ignorar, utopico.

Love sucks! ..., bueno... i don´t think so.

Claro podríamos decir que es injusto, cruel, maldito si se quiere, bipolar, polipolar, impredecible, incompresible, inestable, inverosimil.... por decirlo de alguna manera.

Ingrato, quizá.
Doloroso, punzante e hiriente, cual tortura, muy cierto.
Frío cual témpano y quemante como el fuego, no lo negaré.

En su lado B, nos causara los más agudos sufrimientos , golpes irreversibles, el más puro de los miedos, eso es un hecho.

En dado caso, eso se podría decir de él, pero que apesta, jamás. Nunca he conocido a alguien que se enamore del mal olor, de la peste, que puede despedir.
¿O sí?

domingo, 1 de junio de 2008

Woody Allen

Si bien Woody es mayormente conocido por ser un exelente director,actor, guionista, y en menor medida como musico, casi nadie conoce su faceta como escritor en la cual da clase y lujo de su gran creatividad, satira, exentricidad y la gracia de lo absurdo que distinguen su obra en general, si bien hay que tener un gran contexto universal y mucha cultura general para entrar en contexto y entender algunos de los chites y poder tomar el ritmo de la lectura para lograr disfrutar al maximo de su escritura, si bien solo algunos de los chistes son muy locales, leyendolos dos veces y haciendo un pequeño esfuerzo lograremos entenderlos.


Bueno no se diga mas y les dejo uno de sus cuentos

Para acabar con la crítica freudiana

Las listas de Metterling


Por fin, Venal & Sons acaba de publicar el primer volumen tan largamente esperado de las listas de ropa de Metterling (Las listas completas de ropa de Hans Metterling, vol. I: 437 págs., con una introducción de XXXII págs.; índice; $ 18,75), con un comentario erudito del conocido estudioso de Metterling, Gunther Eisenbud. La decisión de publicar esta obra por separado, antes de que se termine la inmensa oeuvre en cuatro volúmenes, es satisfactoria e inteligente ya que este libro contumaz y espumeante dejará de inmediato sin efecto los desagradables rumores según los cuales Venal & Sons, después de haber cosechado sustanciosas ganancias con las novelas, obras de teatro, cuadernos de anotaciones, diarios y cartas de Metterling, sólo procuraba seguir embolsando copiosos beneficios con el mismo material. ¡Cuán errados han estado los propagadores de esos rumores! Por cierto, la mismísima primera lista de ropa de Metterling

LISTA Nº 1
6 pares de calzoncillos
4 camisetas
6 pares de calcetines azules
4 camisas azules
2 camisas blancas
6 pañuelos
Sin almidón

es la perfecta y casi sublime introducción a este genio problemático, conocido por sus contemporáneos como el «Raro de Praga». Esta primera lista fue garrapateada mientras Metterling escribía Con¬fesiones de un queso monstruoso, obra de sorprendente importancia filosófica en la que probó no sólo que Kant estaba equivocado acerca del universo, sino que tampoco había cobrado nunca un cheque. La repugnancia que sentía Metterling por el almidón es típica de la época, y cuando este paquete de ropa le fue devuelto demasiado rígido, Metterling se puso de mal humor y sufrió un ataque de depresión. Su ama de llaves, Frau Weiser, comunicó a unos amigos que «hace días que Herr Metterling está encerrado en su habitación llorando porque le han almidonado los calzon¬cillos». Breuer señaló ya en varias ocasiones la relación entre los calzoncillos almidonados y la sensación permanente que tenía Metterling de que hablaban de él hombres con carrillos (Metterling: Psicosis paranoica-depresiva y las primas listas, Zeiss Press). Este tema de la incapacidad para seguir instrucciones aparece en la única obra teatral de Metterling, Asma, cuando Needleman lleva por equivocación al Valhalla la pelota de tenis maldita.

El evidente enigma de la segunda lista

LISTA Nº 2
7 pares de calzoncillos
5 camisetas
7 pares de calcetines negros
6 camisas azules
6 pañuelos
Sin almidón


radica en los siete pares de calcetines negros, pues hace ya mucho tiempo que es vox populi que Metterling era sumamente proclive al azul. Sin duda, durante años, la mera mención de cualquier otro color le ponía hecho una furia y en cierta ocasión dio un empujón a Rilke y le hizo caer sobre un montón de miel porque el poeta dijo que prefería las mujeres de ojos castaños. Según Anna Freud («Los calcetines de Metterling como expresión de la madre fálica», Journal of Psychoanalysis, nov. 1935), este cambio súbito a ropajes más sombríos está relacionado con la infelicidad que le produjo el «Incidente de Bayreuth». Allí fue donde, durante el primer acto de Tristán, no pudo contener un estornudo e hizo volar el pelu¬quín de uno de los más ricos patrocinadores del teatro. El público se convulsionó, pero Wagner salió en su defensa con el ahora ya clásico comentario: «Todo el mundo estornuda». Para colmo, Co¬sima Wagner estalló en sollozos y acusó a Metterling de sabotear la obra de su marido.
Ya nadie duda de que Metterling se sentía atraído por Cosima Wagner; sabemos que una vez la cogió de la mano en Leipzig y cuatro años más tarde, una vez más, en el valle del Rhur. En Danzig, se refirió tangencialmente a la tibia de Cosima durante el transcurso de una tormenta y ella decidió que era mejor no volver a verlo nunca más. De regreso a su casa en estado de agotamiento, Metterling escribió Pensamiento de un pollo y dedicó el manuscrito original a los Wagner. Cuando éstos lo utilizaron para calzar la mesa de la cocina, que tenía una pata más corta, Metterling se enfadó y se cambió a calcetines oscuros. Su ama de llaves le rogó que conservara su azul tan amado o que, por lo menos, hiciera un intento con el marrón, pero Metterling la maldijo exclamando: «¡Perra, ¿y por qué no escoceses, eh?!».

En la tercera lista

LISTA Nº 3
6 pañuelos
5 camisetas
8 pares de calcetines
3 sábanas
2 fundas de almohada


se menciona por primera vez la ropa de cama: Metterling sentía pasión por la ropa de cama, en especial por las fundas que él y su hermana, cuando eran niños, se ponían sobre la cabeza cuando jugaban a los fantasmas, hasta que un día él se cayó de bruces en una cantera de piedra. A Metterling le gustaba dormir con ropa de cama limpia y lo mismo le sucede a sus personajes de ficción. Horst Wasserman, el herrero impotente de Filete de arenque, comete un asesinato por un cambio de sábanas, y Jenny, en El dedo del pastor, está dispuesta a acostarse con Klinesman (a quien odia por haber frotado a su madre con mantequilla) «si esto significa dormir entre sábanas suaves». Es una tragedia el que la lavandería jamás dejara la ropa de cama a satisfacción de Metterling, pero afirmar, como lo ha hecho Pflatz, que su consternación al respecto no le permitió terminar Adonde vas, cretino, es absurdo. Metterling se permitía el lujo de enviar a lavar sus sábanas, pero no sentía dependencia por eso.

Lo que impidió a Metterling terminar el libro de poemas tanto tiempo proyectado, fue un romance abortado que figura en la «Famosa Cuarta Lista»:

LISTA Nº 4
7 pares de calzoncillos
6 pañuelos
6 camisetas
7 pares de calcetines negros
Sin almidón
Servicio especial en veinticuatro horas


En 1884, Metterling conoció a Lou Andreas-Salomé y de pronto nos enteramos de que a partir de entonces exigió que se le lavara la ropa todos los días. En realidad, los presentó Nietzsche quien dijo a Lou que Metterling podía ser un genio o un idiota y que intentara averiguarlo. En aquellos tiempos, el servicio especial en veinticuatro horas se estaba volviendo bastante popular en el Continente, sobre todo entre los intelectuales, y la innovación fue bien recibida por Metterling. Al menos era rápido, y Metterling adoraba la rapidez. Siempre se presentaba a las citas temprano —a veces varios días antes y entonces tenían que acomodarlo en el cuarto de huéspedes. A Lou también le encantaba el envío diario de ropa limpia de la lavandería. Se ponía tan contenta como una niña; a menudo llevaba a pasear a Metterling por el bosque y allí abría el último envío del escritor. A ella le encantaban sus camisetas y sus pañuelos, pero más que nada adoraba sus calzoncillos. Escribió a Nietzsche que los calzoncillos de Metterling eran lo más sublime que había encontrado en su vida, incluyendo Así habló Zaratustra. Nietzsche se portó como un caballero al respecto, pero siempre sintió celos de los calzoncillos de Metterling y le contó a sus íntimos que le parecían «hegelianos en extremo». Lou Salomé y Metterling se separaron después del Gran Desastre de la Melaza de 1886 y, si bien Metterling perdonó a Lou, ésta siempre dijo de él que «su mente tenía sombras de frenopático».

La quinta lista

LISTA N° 5
6 camisetas
6 calzoncillos
6 pañuelos


confundió siempre a los estudiosos, principalmente por la total ausencia de calcetines. (Por cierto, Thomas Mann, años más tarde, se interesó tanto por el problema que escribió toda una obra de teatro sobre el tema: Las calcetas de Moisés que, en un descuido, se le cayó en un albañal.) ¿Por qué este gigante de la literatura sacó súbitamente los calcetines de su lista semanal? No fue, como afirman algunos estudiosos, una señal de su creciente locura, aun cuando Metterling por aquel entonces había adoptado ciertas ex¬trañas características en su conducta. Por ejemplo, creía que lo seguían o que él seguía a otra persona. Contó a unos amigos íntimos algo acerca de una conspiración gubernamental para robarle el mentón; y, en cierta ocasión, durante unas vacaciones en Jena, no pudo decir otra cosa que la palabra «berenjena» durante cuatro días seguidos. Sin embargo, estos ataques fueron temporales y no explican la desaparición de los calcetines. Tampoco lo hace su emulación de Kafka quien, durante un breve período de su vida, dejó de llevar calcetines debido a un sentimiento de culpa. Pero Eisenbud nos asegura que Metterling siguió llevando calcetines. ¡Simplemente dejó de enviarlos a la tintorería! ¿Y por qué? Porque en esa época de su vida, consiguió una nueva ama de llaves, Frau Milner, quien consintió en lavarle los calcetines a mano (gesto que emocionó tanto a Metterling que legó a esa mujer toda su fortuna, que consistía en un sombrero negro y un poco de tabaco). Asi¬mismo, ella aparece en el personaje Hilda en su alegoría cómica, El icor de Mamá Brandt.

Es obvio que la personalidad de Metterling empezó a fragmen¬tarse en 1894, según podemos deducir en parte de la sexta lista:

LISTA Nº 6
25 pañuelos
1 camiseta
5 calzoncillos
1 calcetín.


Ya no resulta sorprendente que, en aquel período, iniciara un análisis con Freud. Lo había conocido años antes en Viena cuando los dos acudieron a la representación de Edipo, ocasión en la que Freud tuvo que ser sacado del teatro presa de un ataque de sudor frío. Las sesiones fueron tormentosas y, si damos crédito a las anotaciones de Freud, el comportamiento de Metterling fue hostil. En cierto momento, amenazó con almidonar la barba de Freud y con frecuencia decía que éste le recordaba a su tintorero. Poco a poco, las extrañas relaciones de Metterling con su padre salieron a la palestra. (Los estudiantes de nuestro autor ya se han fami¬liarizado con el padre de Metterling, un pequeño funcionario que a menudo ridiculizaba a Metterling comparándole con una salchi¬cha.) Freud escribe acerca de un sueño clave que le describió Metterling:
Estoy en una cena con unos amigos cuando de pronto entra un hombre con un bol de sopa en una trailla. Acusa a mi ropa interior de traición y, cuando una dama me defiende, a ésta se le cae la cabeza. Lo encuentro divertido en el sueño y me río. Pronto todo el mundo se ríe salvo mi tintorero, que parece serio y se queda sentado poniéndose gachas en los oídos. Entra mi padre, recoge la frente de la dama y sale corriendo con ella. Corre hasta la plaza pública gritando: «¡Al fin! ¡Al fin! ¡Una frente propia! Ahora no tendré que depender de ese idiota de mi hijo». Esto me deprime en el sueño y siento la urgente necesidad de besar la ropa del burgomaestre. En este momento, el paciente se pone a llorar y se olvida del resto del sueño.
Con los conocimientos adquiridos gracias a este sueño, Freud pudo ayudar a Metterling, y los dos se hicieron bastante amigos por fuera del psicoanálisis, aunque Freud jamás permitió que Metterling se pusiera a sus espaldas.
En el volumen II, se anuncia que Eisenbud se hará cargo de las Listas 7-25 que incluyen los años de la «tintorería particular» de Metterling y el patético malentendido con los chinos de la esquina.