Salí del pasillo. Estaba distraído y sumamente cansado, al terminar de enviar mi mensaje -ese que sigo mandando todos los viernes para pedir más dinero-, lo primero que reconocí fue tu bolso morado.
Es curioso como cuando no espero verte siempre te encuentro -¿O no lo crees?-.
No estabas muy lejos solo unos pasos adelante, y me dieron muchas ganas de hablarte, acelere el paso y cuando quise decir tu nombre simplemente no pude.
Comencé a caminar más despacio. -1, 2, 3, 4, 5 metros…ya estabas muy lejos-.
Tuve miedo. Miedo de no saber que decirte, miedo de no saber tus respuestas, miedo de verte a los ojos, miedo a tu indiferencia.
-Como cuando quise darte ese regalo de cumpleaños que sigue en el cajón el 9 de Agosto -¿O acaso era el 10?-.
-O cuando dije que iba a pasar a dejarte algo el 14 de febrero, pero termine comiéndome esa paleta payaso.
-Y todas esas veces que borro el hola y cierro la ventana.
Tengo miedo de darme cuenta que todavía siento algo por ti.
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viernes, 17 de abril de 2009
Miedo
Etiquetas:
cuentos
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3 comentarios:
y pensar que yo sufro de eso desde hace un poco más de 4 años...
me alegra saber que no desconoce mis sentimientos, que por pequeños pretextos aún me habla, que a pesar de pasearse con su novia en mi cara tiene el gesto amable de saludar (:
Jajaja... Yo tambien tengo un jodido libro de música super chido que iba a regalarle en su cumple a un "fulano de tal" jajaja... Si no hubiera sido porque ese dia que iba a entregárselo lo caché en una movida jaaaa... Ahora sólo me queda reirme...
Muy bueno tu cuento, acabo de recordar que yo tengo uno parecido, me daré a a la tarea de buscarlo :) Saludos!!
P.D. Llevaba dias sin poder entrar en tu blogg nose que pasa pero se bloqueaba mi máquina cada vez que intentaba entrar... Bueno pero ya pude...Saludos otra vez!!!
no mames que tu también borras el hola y cierras la ventana :O!
miedooojuarjuar!
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