Baje corriendo las escaleras al anden.
El sonido del "piiiiii" me apresuro a entrar, la puerta se cerro apenas crucé.
Me aproxime a la otra puerta para acomodarme, al darme vuelta ahí estabas.
En el otro convoy...
Te diste vuelta y me viste a través de la ventana.
Sin subir la mano más allá de la cintura, la cerré a modo de saludo.
Tu solo alzaste la ceja.
Y el metro comenzó a andar.
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lunes, 28 de diciembre de 2009
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2 comentarios:
U.U
la hubieses matadO komo en tus otros cuentos cortos.:D
Me ha sucedido. Involucra sensaciones tan extrañas…
Tenía un libro en mi mano, pensaba leer, pero se complicó el viaje.
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