Ella

Caminaba por el parque y fue ahí donde te vi, parada a un costado del paseo de Santa Lucia, mientras veías pasar a las personas en los pequeños botes. No esperaba verte -al menos no ese día- había llegado en la mañana y decidí hacer un pequeño recorrido por la ciudad.

Me acerque sin que lo notaras y me pare a tu lado.

-Hace mucho calor ¿no? -te dije

-Si -respondiste-

Volteaste a verme de nuevo y finalmente me reconociste, pero todavía había cierta duda en ti.

-¿Miguel?

Volteé a verte con una sonrisa.

-¿Qué haces acá? -dijiste al mismo tiempo que me abrazabas- tiene años que no se de ti.

-Bueno. En realidad, ya nunca me buscaste para ser exactos -respondí con cierto tono melancólico-.

-Si, lo sé -y miraste hacia el piso-.

Como si el pasado hubiera dejado de existir, me sonreíste y volviste a preguntar que hacia ahí.

-Nada en especial, solo vine de visita, llegue hoy en la mañana.

-¿Cuando te vas?

-Todavía no lo se -conteste-.

Volviste a sonreír, me abrazaste de nuevo

-Perdón, estoy contenta. ¿Cuando nos vimos por última vez?

-La vez de los hotdogs.

-Si si si, es cierto, nos la pasamos bien ese día.

-Si.

Mi teléfono sonó y te dije que tenia que irme

-¿Tienes plan para hoy? -dijiste enseguida-.

-No, todavía no.

-Te doy mi cel, y pasame el tuyo.

-¿Y si no quiero?

-Hay que humor el tuyo.

-Es broma chaparra.

-Entonces te marco en la noche para vernos. ¿No conoces nada o más o menos tienes idea de algún lugar al que quieras ir?

-No, nada todavía. Te digo que acabo de llegar.

-Bueno, te voy a llevar a un lugar que me encanta, te va a gustar.

-Lo sé -te abracé y me despedí de ti-.

No me cabía la sonrisa en la cara.

Después de tantos años, por fin nos habíamos vuelto a encontrar.

Solo deseaba que anocheciera para salir contigo.

Ya quería verte de nuevo.

Lo necesitaba.

Tenía que volverte a ver... y matarte.