Después de su agotador día, descansa sobre la cama, su mamá le llama para avisarle sobre la cena, con el estomago casi lleno, busca en el refrigerador algo que llene ese pequeño vació. Se baña antes de dormir, como todas las noches y logra relajarse un poco, extraña esos días de vacaciones no muy lejanos en los que se despertaba cuando quería o era interrumpida por algún amigo impertinente. Saca su pijama y se viste, mientras realiza el ritual nocturno que lleva acabo antes de dormir; escarmena su largo y castaño cabello, su blanco rostro espolvoreado de pecas y lunares se refleja con delicadeza sobre el espejo, mientras la luz de la bombilla vierte con gracia sobre ella.
1 comentario:
increible q opine algo hasta ahora permiteme decirte cansigno q tu talento como escritor es admirado y reconocido x mi...me declaro fan numero uno y en serio eso q tu haces aqui esta super un beso y mille grazie!!!
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