La puerta.

Sale a toda prisa, esta emocionado no la ha visto desde hace tres semanas, sabe que no es mucho pero esta contento, en lo que llega se imagina la reunión y cuando finalmente la ve, no puede evitar sonreír, pero no quiere hacer notar su emoción aunque es inevitable, han pasado un buen rato juntos, ella lo hace reír con sus bromas y ese comportamiento extraño pero encantador, el entre bromas hace notar su interés por ella -el sabe que ella lo nota, pero definitivamente no esta interesada- platican cómodamente, ambos tienen gustos parecidos y si disientan en algo siempre buscan un punto en común, pero la alegre reunión llega a su fin, mientras la acompaña a su casa el se abstrae un poco, sigue esperando ese pequeño espacio para decirle lo que siente por ella, pero siempre que lo encuentra ella lo interrumpe con una historia, el la escucha con gusto -aunque se arrepiente de no haber aprovechado la oportunidad- y vuelve esperar ese momento que nunca llega, pues pronto ya tienen enfrente la puerta de su casa y ella tras una breve despedida, se va.