la pobre ya estaba cansada,
así que tomo agua de guanábana,
y también pidió una enchilada.
Que suerte que encontró esa palapa,
donde descanzo sus largas patas,
pero no le gusto el disco de Frank Zappa,
y en las orejas se puso unas patatas.
Comió y bebió la jirafa,
y de nuevo se puso en marcha,
por el sol se puso unas gafas,
y le apareció otra mancha.
En la tarde se acostó en la paja,
la muy floja no se paraba,
y hasta se aflojo la faja,
pues su barriga le lastimaba.
Por fin se había ido el calor,
pues la noche ya había llegado,
ya todo era de otro color,
y con la pijama se había acostado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario