Beware of darkness

A pesar de la lluvia, y de lo mucho que me molesta tomar taxi fui a verte.

Quizá un año o seguramente más.

Es chistoso lo mucho que pueden cambiar las cosas a través del tiempo; como la fachada de tu casa por ejemplo.

Las ventanas, la cochera, la pintura, la reja, incluso los arbolitos sobre la banqueta que habían cambiado -y agrega esas vistas de madera sobre tu ventana- hicieron que por 10 minutos dudara si no me había equivocado en la dirección.

Toque el timbre... pero nada paso. Desde la cochera se apreciaba que la puerta estaba abierta y a través del vano, te vi.

Grite tu nombre y respondiste con un - ¡voy!-.

Saliste y sonreíste, no pude evitar hacer lo mismo. Eres de esas personas a las que valoro mucho ver y mas ahora que el tiempo nos había distanciado.

La noche, el tiempo y la platica transcurrieron con calma...

Amenamente.

El aire empezó a sentirse más frió y el viento cobro cierta fuerza, ya para estos momentos era hora de regresar, pero como siempre no quería irme.

No estoy seguro de si te abracé o me abrazaste, solo recuerdo que dijiste te quiero y eso, eso me hizo muy feliz. Había un ligero olor a humedad y no tardo mucho en llover... corrimos hasta esa banca frente al parque, y nos protegimos de la lluvia bajo el pequeño techo que hay sobre ella.

Seguimos la conversación, hablamos de tu novio y de mi novia, de como los conocimos, y como nos sentíamos con ellos, imagino que a ambos nos dio gusto saber que eramos felices con ellos, quizá eso sea lo que demuestre que tu y yo realmente nos queremos.

Como siempre el teléfono inquisidor, me hizo saber que era hora de irme después de notar cinco llamadas perdidas de mi padre.

Me despedí de ti y prometí verte al día siguiente....

Pero, todavía no llega ese día.